[vc_row][vc_column][vc_column_text]Hay una frase de Lope de Vega, interesante y vigente: “No hay cosa más fácil que dar consejo ni más difícil que saberlo tomar”. Y sí, lo comparto: es más fácil opinar sobre qué debe hacer alguien que obrar en consecuencia sobre nuestros propios asuntos. Dicho esto, me atreveré a resumir en unas breves recomendaciones (¿o son consejos?) para quien acometa la valerosa empresa de preparar como corresponde el negocio para el 2022, aclarando que es un punto de vista amplio, basado en tendencias del mercado.

Tendencias de e-commerce

La pandemia nos dejó una herencia de temores y capacidad de encierro que hoy configuran el reto de los comercios tradicionales: el 65% de los consumidores prefiere pagar sus compras utilizando métodos alternativos al dinero en efectivo. Además, por si eso fuera poco, la gente se acostumbró a comprar en línea o por teléfono, y le quedó gustando. Ahora las anécdotas reflejan la modificación significativa en el horizonte consumidor: si el abuelo antes le pedía a la nieta “pasate por el súper a tu regreso y traeme estas cosas”, ahora puede que le diga “Por favor, dame acceso a la app del súper antes de irte porque tengo que hacer unas compras”.

Es que distancia social, cobro sin contacto, evitar deambulación innecesaria… mejor aprender a usar la red, incluso para los que creían que ya no les quedaba nada por descubrir en el planeta. Y para los empresarios, representa la oportunidad de globalizar la competencia sobre un mercado cambiante y ávido de novedades. Así que, si aún no se montó en el e-commerce, vaya calentando motores porque el tren ya arrancó y le va a costar correrlo por las vías. Empiece por elegir una buena herramienta de software que le permita gestionar inventario y facturación en cualquier dispositivo, y desde cualquier lugar, como avanzá, que funciona aunque no tenga internet y consolida cuando regresa el servicio.

Generar una estrategia de retención de clientes con presupuesto asignado

Y tenga cuidado, usted puede generar un enorme cybermercado, pero la retención de clientes es la única estrategia que le puede asegurar el posicionamiento de marca y la ampliación sistemática de su base de datos. Los estrategas profesionales tienen una oferta amplia, y a veces costosa, de nuevas ideas sobre las oportunidades de mejoras que se pueden introducir. Pero no siempre el mercado de empresas pequeñas puede acceder a esos beneficios. Y de una vez se lo digo: no existe el almuerzo gratis, hay que invertir.

Pero hay zonas de inversión bastante obvia en las dimensiones medulares de una empresa que atiende al público y que quizás no requiera una inversión tan costosa para subir al siguiente nivel: el servicio al cliente. ¿Cuántas veces le dijo a la cajera que salude con alegría a los clientes? Si fueron más de tres, ya puede meterla en el plan “si no puedes saludar a los clientes, es mejor que busques un trabajo aislado”. Porque la gente vuelve cuando se siente bien con las personas que la atendieron, ¿o no le ha pasado a usted alguna vez? Usted ya sabe que hay mejores artículos y hasta mejor precio en otro lado, pero en “ese” lugar lo hacen sentir de la familia con las atenciones. Y paga la diferencia.

Ofrezca a sus colaboradores la posibilidad de trabajar en un ambiente distendido, contenido, afectuoso y ponga a su disposición herramientas amigables para que, en lugar de estar lidiando con sistemas rígidos y estresantes, ellos se puedan enfocar naturalmente en el cliente. Insista en el buen trato y la cortesía, y póngalos en contacto con herramientas sencillas e intuitivas, como avanzá. Todos tienen que sentirse bien en el negocio y demostrarlo, a los clientes externos y los internos también. La inversión en un buen servicio al cliente siempre reditúa, practíquela.

Silvia Álvarez[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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